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Opinion

La cárcel, un reflejo de la calle

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Por: Nicolás Juárez Caraveo.

Chihuahua, Chih., a 8 de enero del 2022.- Chihuahua y concretamente Ciudad Juárez están viviendo uno de los peores momentos de inseguridad luego del amargo despertar del primero de enero de este año luego del motín y fuga de más de 25 internos del Centro de Readaptación Social que cumplió su ciclo más alto con la captura y muerte del principal reo fugado, “El Neto” como se le conoció.

Pero, ¿cómo se puede concebir ese nivel de violencia y control del crimen organizado al interior de una cárcel que se supone debe contener las mayores medidas de seguridad? ¿Es posible que un reo se pueda refugiar en una ciudad a pesar de que todas las autoridades lo busquen? ¿Cuál será el nivel de corrupción en las autoridades que pueden permitir tal impunidad?… Pero más importante, ¿cuánto tiempo más podrá la sociedad permitir este nivel de violencia, corrupción e impunidad?

A la primera pregunta es imprescindible señalar que muchos teóricos apuntan que el nivel de violencia y corrupción de las cárceles es sólo un pequeño reflejo de lo que pasa en la sociedad, que si bien su esencia es tratar de cambiar la conducta criminal y buscar su readaptación ante la sociedad, no es sino el reflejo de lo que sucede en las calles, en los hogares.

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No es una situación exclusiva de las cárceles en Juárez y menos en Chihuahua, misma que ha sido cuestionada por mucho tiempo, donde la corrupción, los malos tratos a internos y a sus familiares, pero sobre todo las difíciles condiciones de vida al interior, son de las principales causas de que grupos traten de controlar estos centros, como quedó muy claro en la cárcel de Juárez.

Por otra parte, los motines en las cárceles y con ello la fuga de presos son comunes cuando el crimen organizado trata de “calentar la plaza”, y en Juárez llegó al rojo vivo, donde se vivieron horas muy tensas que se despresurizaron con la captura y muerte de “El Neto”.

¿Hasta dónde los sucesos de Ciudad Juárez se encuentran enmarcados dentro de la violencia desbordante que amaga a todo el país?

Porque Ciudad Juárez no ha sido el único problema, porque lo mismo ha sucedido en Tijuana, Tecate, Mexicali, Guanajuato, y Jalisco, donde el crimen organizado puso en jaque a las autoridades de todo el país, provocado por las condiciones de inseguridad de todo el país, con una estrategia de seguridad fallida.

Sobre el motín en Juárez, desde existen historias negras que nadie quisiera recordar, donde la corrupción y el nivel de influencia han generado fuertes enfrentamientos con decenas de muertos.

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El problema de corrupción y omisiones al interior del sistema penitenciario del estado sin duda es herencia de la administración pasada, esto debido, a que el equipo de trabajo que actualmente dirige el sistema penitenciario, el mismo que tenía la administración del exgobernador Corral, solo cambio el titular del sistema.

Por poco tiempo, hace más o menos siete años se reconoció a nivel nacional la baja de delitos de alto impacto por el control impuestos en las instituciones penitenciarias, pero con la administración del exgobernador Corral, de nueva cuenta se comenzó a perder el control de los centros, donde la delincuencia fue tomando espacios para sus operaciones, y por ello se vio un incremento en los delitos en el estado.

Hay que recodar que en el 2015 el Gobierno del Estado, recibió los dos premios internacionales por su desempeño favorable en la administración de las cárceles, buenas prácticas y certificaciones en centros penitenciarios, que incluso recibió el “Águila Dorada”, que otorga la American Correctional Association ACA, y por este reconocimiento el estado de Chihuahua, se convirtió en el primer estado fuera de USA en poder conseguirlo, y el segundo reconocimiento otorgado al estado fue “Correctional Excellence Awards”, otorgado por la International Corrections And Prisons Association ICPA, con presencia en la Union Europea, Asia y Oceanía.

Sobre la actuación de la autoridad aún hay muchas cosas que aclarar, por ejemplo se observó que la seguridad estaba a cargo prácticamente de los propios internos, y que en algunos módulos ellos contaban con llaves de áreas de uso común, además de que después de 48 horas, la Fiscalía General de Chihuahua decidió el cesó al director del Cereso número 3, Alejandro Alvarado Téllez.

Sin duda la gran incógnita será el porqué el Gobierno Federal hubo de ver la magnitud del problema hasta que estalló la violencia y realizó el traslado aéreo de 191 reclusos a otros centros penitenciarios federales. Un grave suceso más a la mancha de la deteriorada imagen de Ciudad Juárez, una sociedad que está ansiosa de progresar, pero que los lastres de la violencia y la corrupción no lo dejan despegar.

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