Por Sergio Ramírez
El juego electoral se ha desatado en Chihuahua, un poco más temprano que en otras ocasiones, recordamos como adelantada y fue a mediados del 2003 cuando José Reyes Baeza anunció que era momento de buscar alianzas, palabras más palabras menos, es de los autodestapes más tempraneros que se hayan dado en contra del gobernador en turno.
Hasta el momento el único que se ha destapado oficialmente en sus aspiraciones, quien lo ha dicho con todas sus letras es el candidato oficial del gobernador Javier Corral: Gustavo Madero Muñoz, más hombre de negocios que político, quien el catorce de diciembre dijo en entrevista para televisión que en su horizonte político-empresarial se encuentra el 2021.
En la realidad son muchos los tiradores que como siempre se andan moviendo con gran anticipación, el propio gobernador lo esta haciendo con los ojos puesto en el 2024.
VAN CONTRA LA TRADICION
Si nos atenemos la tradición política en el Estado, el gobernador esta fuera de las decisiones como ha sido siempre o por lo menos en las últimas cuatro décadas: el gobernador en turno, intenta pero nunca llegan a dejar sucesor por lo menos no de manera inmediata, con sólo pensar en las últimas ocho sucesiones gubernamentales anteriores podemos fundamentar nuestro dicho.
Llamado por José López Portillo, como “El zorro de la política”, Manuel Bernardo Aguirre, fiel a su remoquete, ni se tibio, vio venir con mucha anticipación la candidatura de Oscar Ornelas Kuchle y no movió un dedo, no obstante su pobre opinión del entonces senador.
Ornelas no terminó y su sucesor sólo fue el instrumento para imponer en la gubernatura al candidato decidido en el Altiplano: Fernando Baeza Meléndez, este no cedió a tentación de imponer sucesor y se decidió por el maleable Jesús Macías Delgado, quien perdió ante el candidato de Carlos Salinas, Francisco Barrio Terrazas.
Barrio hecho en la cultura priista intentó sucesor con Eduardo Romero Ramos, pero perdió en la interna con Ramón Galindo Noriega, a quien dejó a su suerte y vió en Patricio Martínez, mejor pieza, pero eso no significa que dejó sucesor, aunque para algunos panistas gano perdiendo.
Patricio Martínez lo intentó con Victor Anchondo, pero le ganó la jugada Fernando Baeza Meléndez, quien lo había encaminado a la gubernatura y ahora lo hacia con el sobrino. Baeza Meléndez sin duda el político chihuahuense mejor dotado para la actividad.
Reyes Baeza lo intento con Oscar Villalobos, quien seguramente hubiera sido un buen gobernador, pero simplemente como candidato nunca dio el ancho y desde el centro del país tejió su propia candidatura César Duarte, quien fracasó en la sucesión con la candidatura de Enrique Serrano.
No se necesita ser pitonisa para decir desde este momento que Gustavo Madero, ni siquiera lograra la candidatura de su partido, quien esta prácticamente en la bolsa de Maru Campos y Javier Corral, sigue sin entender lo que sus antecesores priistas si lograron entender a tiempo, que es mejor “hacerse amigo del candidato que hacer a un amigo candidato”.